El fraccionamiento en la entrega de medicamentos
para el VIH, se ha convertido en una práctica común en los hospitales de
nuestro país.
Esta medida viene siendo adoptada para frenar
las denuncias por desabastecimiento que a diario realizan las personas con VIH,
ante un ineficiente sistema de programación, compra y entrega de los productos
farmacológicos en todo el sector.
Sin embargo, la entrega
de los medicamentos por cada 10 días y a veces hasta por cada dos, colisiona
con el derecho a la vida y la salud de las personas afectadas por el VIH y otro
tipo de condición crónica, que perjudica seriamente al usuario.
En los hospitales: Naval, Dos de Mayo, María
Auxiliadora, San José y Arzobispo Loayza, donde Lamivudina, Abacavir y
Tenofovir se entrega para 5 días por paciente, ante el poco stock.
En el caso del hospital Naval, se dijo en la
reunión con DARES que se entregaría el requerimiento del cuarto trimestre del
año para un mes y apenas les han dado 7 frascos de Tenofovir que alcanza para
10 días a los usuarios, muchos de los cuales salen de comisiones y no pueden
regresar a los 10 días para retomar su tratamiento, atentando contra la vida y
la salud.
Se debe entender que el fraccionamiento, es un
atentado contra la salud del usuario, pues existe todo un contexto perjudicial
para la adherencia al tratamiento, pues muchos usuarios hacen abandono ante
esta situación de incertidumbre y finalmente va a generar mayores problemas al
sector y gasto en hospitalizaciones, compra de medicamentos más costosos, etc.
Además nos preocupa que el stock de seguridad no ha
funcionado en la mayoría de hospitales, pues realmente no ha existido por la
entrega medida y racionalizada, como en el caso del hospital Naval, además de
los retrasos en la entrega de los medicamentos del último trimestre.

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